La explotación de hidrocarburos no convencionales en México, el fracking o fractura hidráulica, provoca fallas geológicas, siendo una amenaza para los derechos humanos, el agua, la salud, la alimentación y la autodeterminación, lo anterior de acuerdo a Luca Ferrari, ex director del Centro de Geociencias de la UNAM, en Juriquilla, Querétaro.
De acuerdo a la UNAM, México cuenta con alrededor de mil pozos de fracking que Petróleos Mexicanos (PEMEX), ha abierto en diferentes estados de la República, en los que se encuentran los estados de Coahuila, Nuevo León, Puebla, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, según indica Ramón Carlos Torres del “Programa Universitario de Estudios del Desarrollo”.
La técnica fracking
De acuerdo a la Alianza Mexicana contra el fracking, el fracking es una técnica parte de la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo (nofrackingmexico.org, 2017).
En los pozos se fractura la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas lo cual provoca el flujo y salida de los hidrocarburos de los poros.
Dicha acción provoca el perforar nuevos pozos para mantener la producción de los yacimientos, por lo que la fracturación hidráulica se extiende a un amplio territorio.
Graves fallas geológicas
Hasta el día de hoy, se ha gastado aproximadamente el 86% del petróleo que hay en México.
Al extraer el oro negro del subsuelo, está provocando graves fallas geológicas, que provocan contaminación del agua, sismos y efectos adversos en la bodiversidad, es por ello que la técnica fracking está prohibido en varios países, según indicó Ramón Carlos Torres del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo PUED.
De la misma manera el coordinador académico del grupo de Hidrogeología, de la Facultad de ingeniería, Antonio Hernández Espriú, señaló que el consumo de agua para el fracking tiene un alto grado de complejidad, llevando a México a enfretar nuevos retos como que la cuenca de Sabinas-Burgos.