Confirmado, sí hay actividad cerebral después de la muerte

    actividad cerebral después de la muerte
    Actividad cerebral después de la muerte. Foto: pixabay.com

    Un estudio comprobó que sí hay actividad cerebral después de la muerte. Gracias a mediciones realizadas recientemente, podemos comprobar que el cerebro humano no “muere” del todo una vez que es delcarada la muerte.

    De acuerdo a un estudio realizado por científicos de la Universidad Canadiense de Ontario Occidental, en el Centro de Ciencias de la Salud, podemos comprobar que, efectivamente sí se registra actividad cerebral después de la muerte.

    actividad cerebral después de la muerte
    Estudio a 4 pacientes. Gráfica: cambridge.org

     

    El estudio se basó en diversas pruebas con mediciones realizadas con electroencefalogramas EEG, de cuatro pacientes terminales, 30 minutos antes y después de ser “desconectados” y dejar de vivir.

    El estudio arrojó resultados asombrosos, ya que detectaron actividad cerenral incluso 10 minutos después de declarada la muerte a los pacientes analizados.

    La actividad cerebral detectada consistió en la medición de ondas delta, las cuales están asociadas al sueño profundo. El estudio comprueba le fuerza e importancia del cerebro humano, en nuestros hábitos y cuidado de la salud, ya que el órgano necesita alrededor del 20% de la energía que consumidos y la principal energía proviene de la glucosa, lo cual indica el grado de energía que el cerebro humano necesita y contiene, sea antes o después de la muerte.

    ¿Conflicto ético?

    Existe un conflicto en el sentido ético para realizar donaciones de órganos, ya que dicho estudio, modificaría el criterio en la decisión de extirpar un órgano del cuerpo humano para realizar trasplantes, y que estrictamente, se continúa con actividad cerebral, pero no en la circulación y actividad cardiaca.

    De igual forma se menciona que habría un conflicto en realizar pruebas EEG al cerebro una vez que legalmente se declara la muerte al paciente.

    Sin duda un estudio que llama la atención y rompe con la idea de que cuando morimos, el cerebro deja también de funcionar. El caso destaca por ser el primero en realizarse de forma oficial, y habla de un posible camino a detectar nuevas formas de conocer y aprovechar la actividad del órgano central y fundamental del cuerpo humano.

     

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