El precio de la tortilla en México representa un indicador clave en la economía nacional. La importancia de la tortilla de maíz, presente en la mesa de los mexicanos y con un profundo símbolo cultural, se consolida no solo como un alimento esencial sino también, como un motor crucial y de fortaleza en el crecimiento productivo.
Sin embargo, su rol fundamental se ve desafiado por el incremento constante en el precio, impactando directamente el poder adquisitivo de millones de familias, con un reporte de consumo contundente, ya que cada mexicano consume en promedio alrededor de 75 kilogramos al año, lo que equivale a unas seis tortillas diarias.
Esa demanda sostenida impulsa una vasta cadena productiva que, según datos de 2019 del INEGI, generó cerca de 79 mil empleos directos tan solo en la fabricación de productos de masa y tortilla.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) reportó que en 2020 la producción nacional de maíz, materia prima indispensable para la tortilla, alcanzó las 27.5 millones de toneladas.
El precio de la tortilla y el impacto económico
A pesar de esta cifra, México sigue siendo un importador significativo del grano, principalmente de Estados Unidos, evidenciando que la demanda interna, estimada en cerca de 9 millones de toneladas anuales para consumo humano a través de las aproximadamente 80 mil tortillerías industriales del país, supera la oferta nacional de maíz blanco destinado a este fin.
El impacto económico de la industria es contundente. El sector de elaboración de productos de panadería y tortillas en México, según informes de 2019, generó una producción bruta total superior a los 211 mil millones de pesos, con ingresos que rebasaron los 217 mil millones de pesos. Cifras que dimensionan la magnitud de esta actividad en el entramado productivo del país.

La preocupación principal recae hoy en el costo para el consumidor. Datos recientes del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) a abril de 2025, muestran una marcada disparidad regional en el precio del kilogramo de tortilla, con rangos que van desde los 15.80 hasta los 31.71 pesos.
Estados como Sonora y Tamaulipas registran promedios altos, entre 29 y 31 pesos por kilo, mientras que en Puebla y Tlaxcala, el costo se mantiene entre 18 y 19 pesos, reflejando las complejidades de la cadena de distribución y producción local.
La tendencia general es de un alza considerable. Comparado con 2018, cuando el precio promedio rondaba los 14 pesos por kilogramo, el costo de 23 pesos alcanzado en 2024 representa un incremento del 64% en apenas seis años.
Ese aumento ha persistido a pesar de los esfuerzos gubernamentales por contener la inflación en productos básicos, como el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) implementado en 2022.
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La escalada de precios tiene consecuencias sociales directas. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 51.6 millones de mexicanos no logran adquirir la canasta básica alimentaria con sus ingresos laborales, una situación agravada por el creciente costo de vida, donde la tortilla juega un papel crucial.
Aunque el Gobierno de México ha manifestado el objetivo de lograr una disminución del 10% en el precio de la tortilla, analistas coinciden en la necesidad de implementar políticas públicas más efectivas que aseguren la accesibilidad a este alimento esencial.
Fortalecer la autosuficiencia en la producción de maíz se presenta como una estrategia clave no solo para la seguridad alimentaria, sino para estabilizar los precios y proteger la economía de las familias mexicanas.