Aunque los alimentos ultraprocesados son atractivos, económicos y de fácil preparación, son productos altamente refinados y contienen grandes cantidades de grasas saturadas, exceso de sodio, mayor cantidad de azúcares, bajos en proteínas, fibra, vitaminas y minerales.
Debido al ritmo de vida que llevamos, entre el estudio, trabajo, cuidado de los hijos, la familia, etc., contamos con un tiempo reducido para concentrarnos en la preparación de la comida y algunas veces, sin querer o no, terminamos consumiendo productos poco saludables y nos decidimos más por lo práctico y fácil de preparar.
Aunque los ultraprocesados pueden ser un gran aliado en la cocina y para nuestra agenda diaria, en un estudio realizado por Melissa Lane, Wolf Marx y Meghan Hockey, de la Universidad Deakin, Australia, 2021, se analizaron los efectos y probables afectaciones a la salud, incluso, hasta el grado de desatar cuadros de depresión en adultos.
Es aquí donde hay que poner atención, ya que de acuerdo con el sistema de clasificación de alimentos, NOVA, (2009). El tipo de comida procesada con técnicas industriales, aparentemente combina bien con nuestro estilo de vida y alimentación, pero puede tener consecuencias graves a la salud.
Los ultraprocesados y la salud mental
En el estudio de la Universidad Deakin, se analizó el vínculo que existe entre los alimentos procesados y las enfermedades crónicas. Se logró observar que, al consumir ultraprocesados pueden aumentar padecimientos como, el síndrome metabólico en adultos, enfermedades respiratorias en adolescentes y el vínculo de mayor riesgo, el aumento de casos de depresión.
La investigación científica incluyó como muestra el análisis de 43 estudios, con cerca de 900 mil niños, conformada por una población de adolescentes y adultos de diversas regiones del mundo.
La preferencia por la comida procesada varia según la preferencia del consumidor. Tal y como se puede ver en la siguiente gráfica, el porcentaje de adultos que prefieren el consumo de ultraprocesados en Estados Unidos. Claramente destaca la preferencia por el sabor de este tipo de alimentos, por encima del costo.

El proyecto de investigación de la Universidad Deakin, del centro de investigación Food & Mood Centre, comprendió el análisis de los graves problemas que enfrentan las personas de cualquier edad, al consumir alimentos ultraprocesados, contando con un mayor riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2, riesgos de cuadros de depresión y de mortalidad en adultos. El consumo también se asoció con el síndrome metabólico en adolescentes y dislipidemia en niños.
Sin embargo, enfocándonos al cuidado de la salud mental y en respuesta a los resultados mencionados, es importante tomar en cuenta que nuestro cerebro requiere de grandes cantidades de combustible, es decir, de acuerdo con la Clínica Mayo, requiere de nutrientes como, ácidos grasos, presentes en alimentos como el salmón, sardinas y atún y en las semillas y los frutos secos como, semillas de chía, linaza, nueces, entre otros.
Por lo tanto, la falta de nutrientes en nuestra alimentación puede desencadenar casos de depresión. Como lo detallado en estudios de la Revista del Posgrado de Psiquiatría UNAH, en relación a la falta de nutrientes esenciales en los alimentos ultraprocesados, tales como ácidos grasos, hierro, vitamina B12, selenio y calcio.
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Esta falta de nutrientes, no solo se relaciona con la depresión, sino también con otros problemas de salud mental como demencia, falta de concentración y una respuesta deficiente a los medicamentos psiquiátricos.
Por lo tanto, antes de organizar el tiempo para cualquier otra actividad, es mejor dedicar unos minutos para analizar, cuáles alimentos son los que aportan mejores beneficios a nuestro cuerpo.
Al final recuerda, a lo mejor no era una “depre”, simplemente necesitabas comer e investigar mejor. Lo más importante es procurar consultar a tu especialista de la salud, quien te brindará el seguimiento adecuado y la dieta que requieres, de acuerdo a tu expediente y cuadro clínico.