El sismo del pasado 16 de febrero en México, obtuvo una medicion de 7.2 grados en la Escala de Richter, mayor que la del sismo del pasado 19S, cuya intensidad fue de 7.1 grados. Ya que el sismo más reciente, no representó consecuencias graves, y de acuerdo a un análisis de diversos estudios científicos, se comprobaron algunas limitaciones en el uso de la escala de Richter.
De acuerdo a un análisis del investigador y Coordinador del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana (UIA), Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, la escala de Richter no proporciona información suficiente para comprender los daños causados por los terremotos.
Escala de Richter. de acuerdo a EcuRed, la escala sismológica de Richter o escala de magnitud local (ML), es una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar la energía liberada en un terremoto. El nombre de la escala es en honor al sismólogo estadounidense Charles Richter (1900-1985).
Sismo 19S vs. sismo 16F
De acuerdo al investigador mexicano, existen diferentes factores que puede lograr que el efecto de un movimiento telurico tenga diferente grado de destrucción, tales como la distancia del epicentro, y el punto en el cual se registra el efecto es, junto con las características detalladas de las ondas sísmicas, un factor fundamental para cuantificar la capacidad destructiva del sismo.
Existe otro tipo de medición de los movimientos telúricos, además permite apreciar las consecuencias de un terremoto es la acelación pico del suelo, también conocida como “Aceleración pico del suelo”, PGA por sus siglas en inglés (Peak Ground Acceleration) o también llamada aceleración sísmica.
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Sandoval detalló que, en el caso del sismo del 19 de septiembre de 2017, la aceleración pico del suelo, alcanzó 34.28% de la gravedad en el sur de la Ciudad de México. En contraste, este mismo valor en la misma área, apenas alcanzó 1% de la gravedad durante el temblor del pasado 16 de febrero.
Este tipo de relación es esperable, puesto que, en el episodio más reciente, la distancia del epicentro al punto de medición de los efectos fue de 337.5 km, mientras que en el caso del 19 de septiembre de 2017 este valor fue de sólo 106.5 km.
Además explica la medida que alcanzó el sismo del 19 de septiembre de 1985, el cual obtuvo mayor niveles de destruccción en la cuidad, ya que el sismo de esa época, se situó aproximadamente a 250 km de la Ciudad de México y tuvo una magnitud aproximada de 8 grados Richter.
Segunda Alarma sísmica
Para el investigador existen también diferentes factores para que la alarma funcione de manera adecuada, ya que el pasado 19S, se activó cuando ya teníamos el temblor encima, y esto debido a la corta distancia del epicentro.
Por lo tanto sugiere un segundo tono de alerta, que se activan cuando son epicentros más cercanos, lo cual sería más oportuno para lograr alertar a la población y el tiempo previsto por la alerta tradicional.
De igual manera, menciona que los habitantes en zonas sismicas debemos establecer procedimientos ad hoc para enfretar de manera satisfactoria la complejidad sísmica.
Fuente: Universidad Iberoamericana y Servicio Geológico de los Estados Unidos.