La importancia del origen de la flor de nochebuena, se basa en la gran diversidad de plantas que adornan a México; una diversidad inigualable, la cual logró impresionar a los españoles en la época de la conquista, gracias a los múltiples usos que le daban los indígenas, como ornamental, medicinal, como alimento y uso ceremoniales.
Originaria del estado de Guerrero en México, la flor de nochebuena representa una de las herencias biculturales del México para el mundo. Por su forma y colorido, hace brillar aún más las fechas decembrinas en México y otros países, convirtiéndola en la flor más vista y buscada en esta época.
La historia de la flor de nochebuena remonta a la época de los mexicas, como un símbolo de pureza y la nueva vida, es por ello que los frailes la retomaron para adornar los nacimientos previos a la celebración de la Navidad.
La gran diversidad de plantas en la época prehispánica, provocaba gran admiración entre los pobladores, por lo que el primer jardín botánico fue fundado por Nezahualcóyotl.
Para conocer más de la historia de la planta nativa de México, que mejor referente que el libro Navidades mexicanas, de la antropóloga Sonia C. Iglesias y Cabrera, editado por la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU) de la Secretaría de Cultura.
DATO: Flor de noche buena: Euphorbia pulcherrima, de la familia de Euphorbiaceae, del orden: Malpighiales, es una flor nativa de México con más de 100 variedades.
Historia de la flor de Nochebuena
La flor de nochebuena o cuetlaxóchitl, “la flor que se marchita”, se utilizaba para varias celebraciones, especialmente en la fiesta de Tlaxochimaco, del noveno mes, dedicada a Huitzilopochtli, el Dios de la guerra asociado al Sol.
Para los mexicas cuetlaxóchit, la flor de nochebuena simbolizaba la pureza y la nueva vida que obtenían los guerreros muertos en batalla, ya que de esta manera los muertos podían regresar al mundo terrenal a probar el néctar de esta flor, es por ello que se colocaba en altares dedicados a los guerreros muertos en batalla.
Por su parte los aztecas, la cultivaban para extraer de sus pétalos machacados tinta para sus textiles y cueros, mezclados con la resina de los pinos -oxtle- y otros elementos. Además, su sabia era aprovechada en el tratamiento de fiebres y algunas enfermedades de la piel, así mismo se utilizaba para aumentar la leche materna en mujeres que amamantaban.
La internacionalización de la nochebuena, también conocida como flor de pascua, flor de fuego, santa Catarina, catalina y bandera, se remonta al siglo XIX, cuando Joel Poinsett, botánico y primer embajador de Estados Unidos en México.
Poinsett, llevó la flor a su pueblo natal en California y en dicha región, la planta se aclimató y se posicionó en los habitantes, llegando así también a Europa, es por eso que, por muchos años se pensó que su origen era de Estados Unidos.
Pero la realidad, es que la flor de noche buena es cien por ciento mexicana. Es, además de una de las flores más hermosas del Planeta, un símbolo esencial de la Navidad en México y herencia y presente para todo el mundo.
Fuente: Secretaría de Cultura.
