Estados Unidos es uno de los países en el mundo que cuenta con una mayor cantidad de migrantes. Para un país donde los migrantes forman parte fundamental de las ciudadanía, ¿qué quedaría si el actual presidente Donald Trump, dejara por fuera a todo ese segmento de la población estadounidense?.
La respuesta es sencilla, prácticamente menos de la mitad de la población, porque el segmento de estadounidenses que no provienen de otras nacionalidades es muy bajo. Si lo vemos desde otro punto de vista, todos, absolutamente todos en este mundo, somos migrantes, nuestra sangre se mezcla ya sea del norte, del sur, centro, etc., si así lo quieren ver.
Sin embargo, la histeria de Trump por construir el muro fronterizo, como su evidente capricho para dar seguimiento a su discurso de odio y al ambiente de total racismo por medio de sus palabras y tuits sin sentido, sólo comprueban el poco valor humano del mandatario y su labor por construir un muro de odio y discriminación.
El muro del odio
Es evidente que Trump, se ha dedicado a querer “comerse el mundo de un sólo bocado”, en su afán de conquista lleno de total egoísmo y con la actitud de que “todos le pertenecen a él”, algo así como un juguete más a su lista desalmada de soldaditos de plástico que esta a punto de quemar en el jardín.
If we don’t have a wall system, we’re not going to have a country. Congress must fund the BORDER WALL & prohibit grants to sanctuary jurisdictions that threaten the security of our country & the people of our country. We must enforce our laws & protect our people! #BuildTheWall pic.twitter.com/NGqNueukvj
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 13 de marzo de 2018
El pasado martes 13 de marzo, el tan nombrado “T” (considero que es mejor nombrarlo así), visitó la Ciudad de San Diego, California (“TijuanaNearSandiego”), exclusivamente para conocer los prototipos que diferentes compañías constructoras preparan para la construcción del muro, esa absurda y enorme muralla de ignominia que el señor T, pretende instalar a lo largo de la frontera que divide a México y Estados Unidos.
Pero, lo curioso es que ahora, el mandatario republicano no señaló que México pagaría por el muro de 3.200 kilómetros de longitud, tan sólo mencionó que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, es un excelente negociador. Dato curioso… ¿no creen?.
En la frontera mexicana, le dedicaron una canción a Donald Trump. que está de visita verificando los prototipos del muro pic.twitter.com/fVRQt5kQx1
— Reforma Nacional (@reformanacional) 13 de marzo de 2018
Derechos humanos y el discurso de odio
Afortunadamente, todavía existen mentes que luchan por detener el odio, al menos con la fuerza de la inteligencia y la palabra, tal y como el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, Luis Raúl González Pérez, en su participación en el XXII Congreso de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO), en la Ciudad de Panamá.
Tuvimos el honor de recibir al Pte de la Comisión Nal de los Derechos Humanos de México, Luis Raúl González, y a otros defensores de DDHH pic.twitter.com/ohFYesOb3F
— EmbaMexPan (@EmbaMexPan) 16 de marzo de 2018
En dicho congreso internacional, el Ombudsman de México señaló que el cierre de fronteras, la construcción de muros y los obstáculos policiales a la circulación de personas migrantes, no detendrán su intención por alcanzar el destino pretendido.
González Pérez, mencionó también que la promoción del discurso de odio se ensaña con los grupos más vulnerables, como los migrantes y refugiados, ya que desde las más altas esferas de poder se promueve el rechazo extremadamente violento en su contra.
Con lo anterior, es evidente que las altas esferas en Estados Unidos, manifiestan su discurso de odio hacia México (y muchos otros países), para lo que a mi punto de vista me hace pensar, ¿Quién, de este lado o de cualquier parte del mundo, levantaría la mano para estar a favor de los planes del señor T?.
Una preguntita, ¿Cómo rayos llegó al poder un hombre que busca separar, atacar y crear un ambiente de odio?.
Porque hasta donde sabemos, vivimos en un mundo “civilizado”, donde la mayoría de los habitantes del planeta, desean y buscan un futuro alentador cada día al recibir el aire fresco en las mañanas, se busca contar con los mismos derechos, las mismas oportunidades, así como un vida digna para todos.
En una época de cambio, tal como nos lo demuestra nuestro querido planeta, con su cambio climático tan abrupto, es momento de cambiar, de actuar, y más, iniciando con nosotros mismos, para así, establecer un ambiente en el cual los gobiernos nos manipulen como marionetas.
Porque si de sobrevivir en un mundo de paz y armonía se trata, considero que no vamos por buen camino, en la lógica del respeto por los derechos humanos fundamentales, y peor aún, lo que afirmó de forma ejemplar el titular de la CNDH en México en relación a los planes de “T”, “hemos aprendido que un prejuicio lleva a la discriminación; la discriminación, a la persecución, y la persecución, al exterminio”.