Tras los hechos ocurridos el pasado el miércoles 3 de mayo en Ciudad Universitaria, en los jardínes del Instituto de Ingeniería, en donde fue encontrado el cuerpo sin vida de una mujer de 22 años llamada Lesby, grupos colectivos feministas y estudiantes de la Universidad Autonoma de México (UNAM), han marchado para frenar los crímenes que han sido ya parte de nuestra vida cotidiana.
En la manifestación en CU, se gritaban consignas como,”Ni una Más”, “Nos queremos vivas” y “Ni una Menos”, #SiMeMatan, etc., y se exigió que se implementen medidas de seguridad para las mujeres dentro de las instalaciones universitarias y se aclare el caso de la muerte de Lesby con el hashtag #JusticiaParaLesby.
Reflexión
Vivimos en un mundo donde el simple hecho de nacer mujer ya es una desventaja, al transcurrir la vida, nos enfrentamos a comentarios acciones y degradaciones, en realidad aun no sé cuál es la intención pero el punto es que “mientras más calladitas, somos más bonitas”.
¿Sexo débil?
No sé de dónde se sacó esa ideología, con la cual nos ha catalogado por ser débiles, lloronas, sensibles, a tal grado que entre hombres se acostumbra la frase, “pareces vieja”, vieja, en el sentido de mujer débil, o bien, utilizar dentro del vocabulario palabras femeninas para referirse a situaciones o acciones negativas.
La gran población del sexo femenino que vive en México, ha sufrido graves ataques, al menos una vez en su vida.
Recientemente me encontré en redes sociales una campaña llamada “Sigo Viva”, en la cual mujeres jóvenes mencionan frente a la cámara, que siguen vivas porque actúan según las “normas” del juego sucio y sexista, donde la mujer es la culpable de perder la vida, por ser simplemente única.
Es tiempo de para los abusos
Desde mi la adolescencia, he sufrido constantes ataques en la calle, acoso, manoseos, “piropos” y la muy triste forma de sobrevivir, cuando las mujeres se enfrentan diariamente al acoso cotidiano.
¿Quién le ha dado el derecho de mirarme de esa forma?, donde a veces parece que jadean, por ver lo poco que queda descubierto; por ese tipo de acciones, no recuerdo la última vez que usé falda, mi cuerpo está prácticamente cubierto y aún así me enfrento si bien me va a miradas que violan, y es así como funciona la cotidianidad de ser mujer, en la gran urbe.
Es momento de terminar con este abuso, es momento de levantar la voz y exigir justicia.
Si bien la Organización de las Naciones Unidas la ONU, lleva un programa dedicado a los Derechos de las mujeres, esperando lograr la igualdad de género para 50-50 y proyectado para el año 2030, se vislumbra como un trabajo bastante difícil, un sueño para millones de mujeres que nos enfrentamos día a día con la degradación, y en un mundo donde ser mujer, es una situación macabra y siempre al filo del ataque frontal de la discriminación.